En un escenario de tensiones religiosas y políticas, líderes cristianos de extrema derecha en Brasil han culpado al controvertido concierto de Madonna en la playa de Copacabana por las devastadoras inundaciones que azotaron recientemente el estado de Río Grande do Sul en el sur del país.
El espectáculo de Madonna, que atrajo a una multitud de 1,6 millones de personas y fue transmitido por televisión nacional, ha sido objeto de intensos debates y críticas por parte de líderes religiosos evangélicos y de figuras influyentes alineadas con el presidente Jair Bolsonaro.
Pastores cristianos y figuras influyentes han conectado el contenido sexual del concierto con las inundaciones catastróficas que afectaron a la región, sugiriendo que la ira divina fue desencadenada por lo que consideran prácticas "satánicas" en el evento.
El video de Pablo Marçal acusa a Rede Globo de faltar al respeto a las víctimas de las inundaciones al transmitir el concierto. Mientras tanto, el pastor bautista Aloizio Penido condenó el concierto como un insulto a Dios, asociándolo con imágenes anti-cristianas y criticando el gasto gubernamental en el evento, así como su respaldo a la comunidad LGBTQ+.
Sin embargo, no todos los líderes religiosos comparten esta visión. El pastor luterano Romi Bencke rechazó la idea de que las inundaciones fueran un castigo divino, criticando la propagación de ideas prejuiciosas y pidiendo una investigación criminal sobre aquellos que promueven tales nociones.
Algunos líderes religiosos han sugerido que las inundaciones son un castigo divino por la impiedad y el ateísmo, mientras que otros culpan a la presencia de religiones afrobrasileñas en la región. Baba Diba de Iyemonja, líder de la Umbanda, criticó el señalamiento de las religiones afrobrasileñas durante desastres naturales, calificándolo como un acto de chivo expiatorio.
La controversia también ha alcanzado a las redes sociales, donde los evangélicos debaten acaloradamente si las inundaciones son una retribución divina por el concierto de Madonna. La abogada y evangélica Késia Medeiros defendió la presencia LGBTQ+ en el concierto, desestimando la idea de influencia satánica y atribuyendo las inundaciones a acciones humanas, no a causas espirituales.
Con esta polémica, Brasil se encuentra dividido entre visiones religiosas divergentes, mientras las autoridades luchan por abordar las devastadoras consecuencias de las inundaciones en el sur del país.
Imagen destacada: Silvia Izquierdo
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